MIRAR A LO ALTO
MIRAR A LO ALTO En realidad es sencillo: todo lo que desestabiliza y nos hace calibrar el valor último de nuestras supuestas seguridades, sea individual o comunitario, es una tremenda y amorosa voz venida de lo Alto. Alzad la mirada, nos grita; sondead lo profundo. Todo pasa, sólo Dios queda; y lo que es de Dios, es decir, el amor a los hermanos, a todos los hermanos, y a las criaturas, donde Dios mismo se hace presente. Nos dice, como atestigua la Escritura, que no sólo no se mueve una hoja de árbol sin Su permiso, sino que hasta el último de nuestros cabellos están contados (para los calvos, en pasado, pero real...) Todos los gestos de bondad y de sufrimiento compartido que brotan estos días, vienen de Dios. Y a nosotros, creyentes, se nos ha dicho que acojamos todos estos movimientos del corazón, de creyentes y no creyentes, pues el hombre ha sido creado por la Bondad y para la bondad, y cuando secunda su voz interior está escuchando a Dios. A los cristianos se nos ha regalado el